Una vez más, puedo dar fe que los "profesores" no somos nada sin "alumnos" como los que participan en este Taller. Es verdad, somos todos "aprehendedores", en simultáneo y en co-laboración.
Es fantástico disfrutar los chispazos creativos y de humor, de los participantes. Cada comentario espontáneo e improvisado tiene toda la potencia motivacional que rara vez alcanza el análisis "sesudo".
Es muy gratificante comprobar, con evidencia explícita durante los ejercicios en sala, el valor complementario intelectual, emocional y sensorial de participantes hombres-mujeres en el Taller. La visión, la perspectiva y la aproximación que tienen las mujeres acerca de la "tecnología" es notable porque confirma que el Humanware -como modelo comunicacional integrador- es claramente más apropiado que la fragmentación simplista de la tecnología, en hardware y software.
Necesitamos muchas más mujeres en ingeniería. Clave para la transformación cultural y organizacional que empezamos a vivir en este siglo XXI.
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