miércoles, 27 de julio de 2022

Recordando a Hernán Olguín... en un nuevo aniversario de su partida.

El equipo fundador de la Serie MUNDO

Arriba:
Francisco Melo, Camarógrafo
Carlos Canto, post-productor de audio
Mario Boada, productor periodístico
Nelson Araya, Director de Continuidad

Abajo:
Eliseo Pedraza, editor de video
Rosita Vallejo, Asistente de Dirección
Claudia Adriasola, productora periodística
Hernán Olguín, Director-Serie Mundo
Andrea Vial, productora periodística
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 VIDEO HOMENAJE DE CANAL 13







sábado, 23 de julio de 2022

Humanware: inteligencia colectiva y conocimiento en red para imaginar (y desarrollar) nuestro país

Mario Boada
Profesor Taller de Habilidades Relacionales, Magíster Ingeniería Industrial, 
Universidad Adolfo Ibáñez, Santiago-Chile.

Profesor Taller de Liderazgo y trabajo en equipo,
Ingeniería de Proyectos
Universidad Santa María, Santiago- Chile

Siempre es hora de imaginar un Chile mejor. Más colaborativo, más productivo, más inclusivo, más equitativo, más sostenible.
¿Qué nos falta, qué tenemos que hacer, por qué nos cuesta tanto?

Lo siguiente es una  reflexión sinóptica basada en sesiones académicas en distintas universidades y en experiencias profesionales vinculadas al periodismo tecnológico desde 1980 hasta hoy.

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Humanware
es un constructo. Es una aproximación teórica (y también una provocación) para asumir el desafío que implica dejar de pensar ( y actuar) como si todavía el mundo siguiera congelado en el siglo XX cuando -obviamente- ya llevamos dos décadas inmersos en la dinámica de transformaciones  exponenciales y disruptivas del siglo XXI.

El humanware es el componente humanista de la gestión tecnológica (el factor humano) que completa la triada con el hardware y el software, en una matriz antropológica que supera las restriciones de lo que se identifica tan a menudo -y tan mecánicamente- como "la transformación digital". 

El escenario es más amplio.
¿Por qué seguir hablando de "revolución industrial 4.0" (con códigos semánticos y secuencias evolutivas que se arrastran desde los tiempos de las máquinas a vapor y de los telares mecánicos en el siglo XVIII?

Los grandes avances derivados de la electricidad y luego de la computación son sellos emblemáticos de los siglos XIX y XX. La humanidad evoluciona sobre cada uno de esos pilares del ingenio y de la capacidad para generar mayor bienestar.

Hoy, cuando nos asombramos con las primeras imágenes originadas a más de un millón de kilómetros en el espacio por el telescopio Webb, en realidad, parece más apropiado referirse al fenómeno cultural-tecnológico de nuestros tiempos como "revolución del conocimiento 4.0".

La interacción esencial de los seres humanos hasta ahora ha sido con artefactos y máquinas -mecánicas, analógicas o digitales. Hoy, en el entorno de la inteligencia colectiva en red, potenciada con la imparable inteligencia artificial, se están generando conexiones tecnológicas y nuevas condiciones de aprendizajes -permanentes y a toda edad- que son cada vez más acelerados y complejos.
Esa simbiosis -humanos y robots- explica en gran parte la revolución del conocimiento tan apasionante de nuestros días.

En síntesis, a partir de lo anterior, algunas condiciones deseables y necesarias para pensar el Chile que todos imaginamos...
  1. Una visión-país compartida, sintetizada en un relato que se describe en un párrafo
  2. Confianza, colaboración y pasión para despertar interés y participación ciudadana
  3. Miradas y aportes transversales y transdisciplinarios por parte de los que manejan más conocimiento
  4. Conversaciones, proyectos y acciones respetando los territorios regionales y sus peculiaridades
  5. Compromiso con los valores y propósitos declarados. Recuperar el prestigio de la política.
  6. Que las instituciones de dominio público sean instrumentos para los fines establecidos
    (con foco y resultados demostrables) y no estructuras auto-perpetuadas
  7. Que las organizaciones y empresas apliquen la transformación desde el modelo tradicional basado en jerarquías al nuevo modelo colaborativo, basado en redarquías
  8. Que las instituciones educativas -en todos sus niveles y formatos- evolucionen desde la enseñanza lineal-transmisora de información, hacia un modelo de aprendizaje activo-participativo
  9. Que el modelo de trabajo actual -heredado de la era industrial- vaya mutando a mayor velocidad hacia formatos laborales.productivos más flexibles y modulares, con más ubicuidad. Ya no es necesario "ir a trabajar". Se trabaja de manera distinta con los dispositivos móviles siempre conectados a través de redes 5G y con toda la información disponible a un click. 
  10.  Que el discurso político "verde" se transforme en compromisos ciudadanos verificables para lograr la sustentabilidad ecológica


Las capacidades infrarrojas del telescopio Webb permiten viajar en el tiempo, hacia el Big Bang, que ocurrió hace 13.800 millones de años.
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miércoles, 22 de junio de 2022

La era de la Inteligencia Artificial e Inteligencia Colectiva: 4 habilidades fundamentales

La transformación cultural-digital de las empresas y organizaciones sigue avanzando.
Con el aumento de la automatización y la Inteligencia Artificial en los puestos de trabajo, los empleados tienen que llevar su preparación más allá y diferenciarse de la tecnología a través de las soft skills, las habilidades relacionales.
Así lo recoge también el informe Futuro del Trabajo creado por el World Economic Forum: “el cambio en el tipo de habilidades que necesitan las empresas tanto en roles tradicionales es cada vez más rápido en todos los sectores, por lo que aumenta la urgencia de innovación y proactividad para desarrollar nuevas habilidades y gestionar el talento”. Y añade: “desarrollar las soft skills aumenta la productividad en un 12%, aumenta la retención de personal en un 10 por ciento y ofrece un retorno de la inversión del 250%”.
Los responsables de aprendizaje y desarrollo de talento están comenzando a comprender la importancia de las habilidades sociales y priorizan este tipo de aprendizaje. Desde Cornerstone OnDemand señalamos las cuatro soft skills que las personas necesitan dominar para poder avanzar profesionalmente y cómo pueden ayudar las empresas a que las consigan:
Inteligencia emocional: La capacidad de comprender y gestionar las emociones personales, así como comprender e influir en las emociones de los demás, puede afectar al desempeño en el puesto de trabajo. Por ello, la clave es que los empleados desarrollen la capacidad de ser conscientes de sus emociones y sepan administrarlas cuando sea necesario. También es importante que las empresas comprendan el valor de la inteligencia emocional y cómo puede afectar a sus empleados. Los managers pueden sugerir a sus empleados talleres o cursos que les ayuden a desarrollarla.
Jugador de equipo: Cuando hablamos de soft skills, ser un jugador de equipo y enfocarnos en habilidades de comunicación es clave para desarrollar una fuerza laboral comprometida y productiva. Con el aumento de la automatización, la capacidad de colaborar en esfuerzos intelectuales conjuntos y establecer relaciones sólidas con sus colegas se convertirá en una habilidad crítica que permitirá a sus equipos trabajar de manera conjunta con las ‘máquinas’. Incluso si ciertos empleados trabajan de forma remota deben tener la capacidad de comunicarse con otros de manera efectiva. Esto afecta a la reputación de la empresa, ya que la competencia de sus equipos y el trabajo en grupo causan una buena impresión en los clientes y les permitirá completar proyectos con éxito y cerrar acuerdos de manera más fácil.
Pensamiento crítico: Si sus empleados son pensadores críticos, tienen la capacidad de analizar y evaluar datos, lo que a menudo les brinda un enfoque práctico de las situaciones y les ayuda a decidir cómo actuar. Ser rápido, decisivo, creativo y organizado son todos los rasgos de carácter que poseen los pensadores críticos. Las empresas pueden inspirar el pensamiento crítico en sus plantillas animando a los empleados a participar en debates, hacer preguntas y desafiarlos a resolver algunos problemas de otros departamentos. Así pues, la empresa puede ofrecer cursos para desarrollar este tipo de pensamiento y/o implementar ejercicios que lo fomenten en los equipos de trabajo.
Resolución de problemas: En todos los sectores, es fundamental la capacidad para definir un problema, crear estrategias para abordarlo y saber aplicar una solución. Esta habilidad es crucial para mejorar la experiencia y los conjuntos de habilidades de la plantilla. Para que todos los colaboradores puedan desarrollarla, las compañías pueden definir los desafíos de los empleados, como aprender sobre un nuevo programa informático o sobre una nueva política de la empresa. Al alentar a la plantilla a desafiarse a sí misma, ganarán confianza y generarán nuevas ideas.
Como explica James Wilson, vicepresidente de Cornerstone OnDemand: “Si las organizaciones pueden formar equipos y líderes sólidos que alienten a sus plantillas a dominar sus habilidades sociales, les ayudará a estar un paso por delante del mundo laboral en constante evolución”.
Es importante garantizar que la cultura de su empresa fomente la adaptabilidad y que sus empleados puedan evolucionar y cambiar con el tiempo.
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sábado, 3 de julio de 2021

Panel de Liderazgos - Mujeres Constituyentes

En el contexto de la instalación de la Convención Constituyente, el día 4 de julio 2021, se presenta una primera selección de representantes mujeres para análisis de casos en el Taller de Liderazgo y Trabajo Colaborativo de la Universidad Federico Santa María, versión 2021.

De los 155 Constituyentes, 77 son mujeres, de las cuales 45 se han manifestado partidarias del movimiento feminista. 
Existe de igual modo, una fuerte representatividad femenina del movimiento regionalista, que promueve acciones inmediatas para la efectiva descentralización de Chile.

En este Panel se incluyen las tres Constituyentes con mayor consenso para postular a la presidencia de la Convención: Cristina Dorador, Elisa Loncon y Patricia Politzer.

LISTACONSTITUYENTE
Apruebo DignidadBárbara Sepúlveda
Apruebo DignidadConstanza Schonhaut 
Apruebo DignidadManuela Royo 
Apruebo DignidadYarela Gómez 
Coordinadora Social del MagallanesElisa Giustaniannovich 
Independientes por una Nueva ConstituciónPatricia Politzer 
Independientes por una Nueva ConstituciónTammy Pustilnick 
Lista del AprueboMalucha Pinto 
Lista del PuebloLoreto Vallejos
Mov. Independiente del NorteCristina Dorador 
Mov. Sociales IndependientesJanis Meneses 
Vamos por ChileConstanza Hube 
Vamos por ChileMarcela Cubillos 
Vamos por ChileTeresa Marinovic 
Pueblos OriginariosIsabella Mamani
Pueblos OriginariosIsabel Godoy
Pueblos OriginariosElisa Loncon
Pueblos OriginariosTiare Aguilera


Ver Listado con más información

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sábado, 19 de junio de 2021

Taller de Humanware (dinámicas cognitivas para "humanizar" lo digital)


Una experiencia académica online e interactiva para potenciar habilidades cognitivas y relacionales  en entornos operacionales de organizaciones y empresas.
Un taller organizado en sesiones de 90 minutos, con distribución flexible de segmentos de 25 minutos usando metodología Pomodoro.
Se dicta en modalidad online,  con un encuentro presencial opcional al final del Taller, en un espacio abierto, para el cierre  de "acciones por grupos".

El Taller de Humanware, para potenciar habilidades cognitivas y relacionales, se plantea como eslabón entre la estrategia de gestión y la transformación digital de las organizaciones y empresas.

La metodología de trabajo académico utiliza la plataforma ZOOM y las aplicaciones Trello +  Slack + WhatsApp + WordPress +  Google Classroom

La versión actual del Taller de Humanware se dicta para alumnos de Ingeniería de la Universidad Federico Santa María,  los meses de abril a julio 2021.

Ver link a Referencias del Expositor-Instructor: Mario Boada
marioboadacampos@gmail.com


sábado, 24 de abril de 2021

[Interacción] Un eslabón crítico, poco comprendido y subvalorado

Interacción es una palabra seca y distante. Es un concepto poco familiar, usado sin mucho entusiasmo y para decirlo en términos de marketing, poco sexy.

Pero la interacción es muy importante. Es un eslabón crítico, poco comprendido y subvalorado del ecosistema de comunicaciones en red que domina las relaciones sociales y productivas de hoy.

La interacción es la amalgama deseada y el alimento básico de las comunidades de personas con intereses afines, lo que les fortalece su contexto y lo que les da la energía comunicacional. Vemos cada día con mayor intensidad una convergencia de tecnologías exponenciales, que fracturan fronteras y dibujan bocetos de nuevos campos  híbridos de conocimiento.

La interacción es el paso inicial para el baile de la colaboración y -ni dudarlo- de la cada vez más apetecida co-creación. Es combustible puro, de alta calidad para dar forma y potencia a los proyectos y trabajos colaborativos.

Hablar de trabajo en equipo y de comunidades online, sin interacción, es como hablar de partidos de fútbol sin pelota en la cancha.

(Post escrito en la Caleta de Horcón, Región de Valparaíso, mirando  a los pescadores mientras venden su mercadería, después de regresar del mar, en botes que operan y mantienen en comunidad.)
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sábado, 3 de abril de 2021

50 años de vivencias, experiencias y anécdotas tecnológicas...

Voy a compartir algunos recuerdos, antes de dar una salto brusco y pasar, rapidito, del siglo XX al siglo XXI.

Telégrafo de Samuel Morse


El 30 de enero de 1970, en una tarde calurosa en el balneario de Iloca, en la región del Maule, en Chile, recibí mi primer telegrama. Era un saludo familiar por mi cumpleaños. Tenía 14 años y nunca se me ha olvidado esa imagen de la señora Jovita, una amable señora que escuchaba atentamente los sonidos de los "punto-y-raya" que emitía el telégrafo en su código morse tan peculiar y tan incomprensible para quienes solamente queríamos ver el mensaje traducido en palabras simples de nuestro español.

Ahí empezó una verdadera fascinación con la tecnología, con sus sorpresas y sus interminables novedades.

Hoy, cincuenta años después, estoy esperando que llegue la conectividad 5G para instalar dos chips en el nuevo smartphone Xiaomi Mi-11 que, por supuesto, vendrá cargado de aplicaciones llenas de algoritmos de inteligencia artificial. 

Es solo un ejemplo. Ahora, en las manos de miles de millones de habitantes del planeta, tenemos disponibles muchas tecnologías que la misma NASA ni soñaba el año 69, cuando logró descender en la Luna con Neil Armstrong y Buzz Aldrin.

Hasta aquí el anticipo del "flip-book" que empecé a escribir el día que una bacteria aparentemente insignificante nos obligó a parar medio mundo y a encerrarnos por largos meses, en lo que ha sido una tragedia para millones de seres humanos.

Ese "flip-book" que está en etapa de incubación no es otra cosa que un libro digital que en vez de páginas tiene "pantallas" que se pueden revisar, una a una, en un computador, en una tablet o en un smartphone. 

En este Blog iré agregando párrafos e imágenes con más vivencias, experiencias y anécdotas de este viaje de curiosidad personal y profesional para tratar de estar al día, con las novedades siempre asombrosas, que nacen de los innovadores y de los emprendedores.

Lo que partió aquella tarde lejana en Iloca, escuchando ese telégrafo ruidoso, ha continuado con sorprendentes conversaciones con Pepper, el robot personal que me prestó mi amigo Rodrigo Quevedo, experto en robótica, para recordarme que no es mala idea prepararse para lo que viene en los próximos años...

🥇 Historia del robot PEPPER, precio y cómo programarlo
Robot acompañante en colegios, clínicas y empresas

Recuerdo de momentos especiales...

  • 1970... Recuerdos de esa cajita negra, del tamaño de una cajetilla de cigarrillos, que me regaló mi tío Héctor y que me obligó a hojear la Enciclopedia Larousse Ilustrada para entender cómo funcionaba aquella radio galena...con sus cables conectados al somier de mi cama. Era la maravilla de ondas electromagnéticas que se transformaban en señales de radio.
  • 1972... También recuerdos de la primera foto que tomé -muy sorprendido- con esa cámara Polaroid de revelado instantáneo. Era el primer contacto con novedades que viví como parte de la experiencia de estudiante del Programa de Intercambio Estudiantil "Youth for Understanding", en el colegio "Monte Vista High School", en la localidad de Danville, en el área de San Francisco, California

  • 1975... O esas jornadas, un poco mágicas, revelando los primeros rollos de fotografías en el cuarto oscuro y frío en el subterráneo de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Chile, en Santiago.

  • 1983... El primer Compact Disc que vimos salir de una planta de Philips en Holanda...Ese primer disco compacto digital tenía en la carátula la foto del chileno Claudio Arrau.

  • 1984... Ese año marca una etapa importante en la historia de la tecnología: comienza la computación personal, con la fabricación y venta del primer modelo Apple Macintosh 128 Kb y del primer IBM-PC.

  • 1986... Ese paseo increíble en el lujoso auto Rolls-Royce por el centro de Londres con Hernán Olguín manejando -muy concentrado- y algo asustado por la poca costumbre de sentarse frente al volante al lado derecho...

  • 1988... Cómo olvidar la demostración de robots que nos hicieron los expertos japoneses en la ciudad de Tsukuba.

  • 1991... Esa tarde que decidimos retirar las máquinas de escribir que se usaban en el Departamento de Prensa de Canal 13. para reemplazarlas por los primeros computadores AVID,  de redacción y edición. Todavía recuerdo las caras de algunos famosos periodistas de Teletrece con una mezcla de confusión y frustración. Era la bienvenida a la era digital en las noticias... 

  • 2020... El tema tecnológico de punta es la inteligencia artificial. Y en el Area de Nuevas Señales de Canal 13 dedicamos un año entero a desarrollar un proyecto que llamamos IA13 "Inteligencia artificial al alcance de tod@s"!.  Es una plataforma online para compartir contenidos y conversaciones, que ayuden a navegar las turbulencias del siglo XXI. 

  • 2021... La experiencia más atractiva no es tecnológica no digital. Es de "Humanware". Es la experiencia de gestión y comunicación ciudadana más importante en Chile en mucho tiempo. Es la Convención Constituyente para redactar una nueva Constitución. Es una oportunidad para conocer y aplicar tecnologías de trabajo colaborativo para la construcción de consensos y acuerdos que se traducen en acciones sostenibles, con valor público y -algo muy relevante- con inclusión social y equidad para el bien-estar de tod@s.
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Demandas y desafíos para una ingeniería con visión al año 2030. La interacción operacional entre la gestión y la comunicación.

1. La nueva sociedad del siglo XXI, global, líquida e hiperconectada, requiere una transformación de los modelos tradicionales de gestión  y de comunicaciones. Un paso fundamental es aprender a trabajar en red y a colaborar en forma eficiente. Eso es el Net-working.

2. En el mapa conceptual y operacional de la actual comunicación  a nivel de organizaciones, empresas e instituciones en general, tenemos que ampliar la visión integradora para dar forma a un crisol de interacción transdisciplinaria. Los ingenieros también son parte de la matriz social y organizacional de las comunicaciones.

3. El nuevo contexto de una sociedad que opera en red exige el acoplamiento directo y fluido de componentes institucionales vitales para el desarrollo innovador y sostenible. Las instituciones y organizaciones jerárquicas del siglo XX requieren una adaptación transformacional para sincronizarse con los impactos y efectos de las tecnologías de información y comunicación en red. Es el modelo de jerarquía que necesita ajustarse al modelo de redarquía.

4. El Estado, las universidades y las empresas conviven en territorios marcados por líneas fronterizas con barreras, limitaciones e interrupciones. No hay suficiente interacción ni integración entre estos estamentos para lograr coherencia y convergencia de visiones estratégicas para políticas de Estado.

5. Un fenómeno comunicacional globalizado está generando flujos y vínculos en ámbitos comunitarios que se traducen en una creciente presión de millones de personas conectadas y movilizadas, con información instantánea y transparente. Se ha generado una demanda social que obliga a redefinir las relaciones con el poder, con los mercados, con los servicios y con el entorno.

6. Ya no hay una  sociedad civil, en la concepción tradicional. Hay ciudadanos y consumidores en red. Las comunidades espontáneas y activas de hoy tomaron el espacio que ocupaban las pasivas y pacientes audiencias del siglo pasado.

7. La sociedad en red, reflejada en todos los ámbitos de actividades diarias, marca la nueva era post-siglo XX, que exige prácticas de gestión y comunicación en claves sinópticas y visuales usando nuevos medios de comunicación más interactiva. Los canales limitados y restringidos de ayer se convirtieron en redes de alta velocidad y de alta capacidad para compartir contenidos que se consumen en pequeñas pantallas, ubicuas y personalizadas. No hemos aprendido aún a operar en las aguas de la movilidad (laboral, organizacional, urbana). El fenómeno “Smart-tech” se expande desde los smartphones, smartTVs, smartCars, hasta las smartCities y -cada día más- a los Smart-Robots.

8. Tenemos que aprender a visualizar mejor para transformar los datos complejos en información concreta y en conocimiento aplicado. El desafío mayor es lograr mejores niveles de comprensión (entendimiento) para operar al ritmo de la avalancha comunicacional de hoy. Estamos recién empezando a entender fenómenos transformacionales como Big Data, Internet de las Cosas, Revolución Industrial 4.0 o la vieja/nueva Economía Circular.

9. Durante un cuarto de siglo hemos presenciado una revolución, en el hardware (todo el equipamiento computacional de uso masivo), en el software  (toda la inteligencia computacional desde las máquinas que llevaron al hombre a la luna, hasta las Apps que potencian hoy los smartphones) y en el netware (toda la red de conectividad global que transmite datos a velocidades cada día crecientes. Ya viene el 5G . Hoy se requiere una extensión y comprehensión holística de la tecnología incluyendo lo esencial del factor humano, el humanware.

10. Un punto de inflexión lo marca hoy la convergencia de la gestión y de la comunicación. Necesitamos nuevos ingenieros, con una visión integradora (de personas) y transformadora (de procesos) para enfrentar las demandas y desafíos del siglo XXI.
Basta recordar que ya llegó la era de la inteligencia artificial y de la inteligencia colectiva.

Testamento de don Federico Santa María Carrera (1920)

En París, 6 de enero de 1920 ante el Cónsul General de Chile en Francia y los testigos...

"Deseo ante todo expresar a mis conciudadanos que los últimos treinta años de mi vida los consagré exclusivamente al altruismo y al efecto hice mi primer testamento en 1894, legando a la sociedad de Valparaíso una Universidad, pero en el transcurso del tiempo, la experiencia me demostró que aquello era un error y que era de importancia capital levantar al proletario de mi patria, concibiendo un plan, por el cual contribuyo, primeramente con mi óbolo a la infancia, enseguida a la Escuela Primaria, de ella a la Escuela de Artes y Oficios y por último al Colegio de Ingenieros, poniendo al alcance del desvalido meritorio llegar al más alto grado del saber humano".


sábado, 13 de marzo de 2021

#Colaboración: el motor de la sociedad del siglo XXI


Ya sabemos que vivimos en una sociedad de datos, de información y de conocimiento.
Lo que todavía nos cuesta mucho asimilar es que el motor de nuestra sociedad líquida, compleja e impredecible, es la colaboración.

En el proceso de cambios acelerados y disruptivos que enfrenta  la industria de las comunicaciones
-entre muchas otras- queda en evidencia la falta de flexibilidad y agilidad organizacional para adaptarse a los nuevos desafíos. Cambió la música y las estructuras corporativas -con musculatura rígida- tienen dificultades para seguir el ritmo.

Ejemplos para confirmar lo anterior, sobran. Desde Kodak hasta BlackBerry, pasando por Olivetti y Blockbuster.

Los observadores y analistas de las olas de cambios de las últimas tres décadas, coinciden en el diagnóstico y también en las recomendaciones. Incluso están de acuerdo en la denominación del nuevo fenómeno: transformación digital.

Así se comprobó en las ponencias del reciente Foro Económico Mundial, realizado en Davos, Suiza. El tema fue expuesto y validado por expertas como Ginni Rometty, presidenta de IBM, y por emprendedores exitosos como Jack Ma, el genial fundador y presidente de Alibaba, el gigante mundial de ventas por Internet. Para agregarle glamour, hasta Jane Fonda fue al Foro Mundial a exponer sus convicciones sobre la importancia de la innovación y de la imprescindible adaptación a los cambios.

Siguiendo la canción de Mercedes Sosa, todo cambia. Cambian las estrategias, cambian los diseños, cambian las estructuras, cambian los procesos, cambian las funciones, cambian las plataformas. Todo cambia.

Y cambia para todos.

Un ejemplo específico en el ámbito comunicacional es lo ocurrido con la función, el cargo y el perfil de los llamados "Community Managers". Se trata de un trabajo que tiene sus ancestros en la década de los años '90 y que tuvo sus años de gloria con el boom de las redes sociales, en la llamada web 2.0 que evolucionó, a la "web semántica" y que ahora salta a la web 4.0 -con nuevos modelos de interacción, que empieza a teñirse con colores y algoritmos de inteligencia artificial.

Ya no basta con la paciencia, el entusiasmo y la dedicación exclusiva de una persona para activar, atender y amplificar los alcances de mensajes y conversaciones online.

Con la vorágine, impacto y omnicanalidad de las redes sociales, hoy  es insuficiente, ineficiente y poco sustentable, mantener un formato individualizado y concentrado en una sola persona, con todas las limitaciones que eso implica.

Las organizaciones, en todos los ámbitos, necesitan surfear bien  las olas de cambios.
La ola variable y potente de las redes sociales nos obliga a mirar el entorno y mutar de los "Community Managers" a una gestión de redes online, en forma integrada y colaborativa. 

De partida hay que integrar más a otro personaje -el Web Master- casi siempre confinado en las crípticas dependencias informáticas.

La gestión de redes online requiere una integración mucho más estrecha entre la publicación (en portales y sitios web corporativos) y la interacción cotidiana en plataformas como Facebook, Twitter, Instagram, Linkedin y otras.

El flujo incesante y creciente de mensajes y posts  necesita contenedores para dar pausa y sentido a la corriente. Los ríos torrentosos requieren buenos embalses.

El primer paso para una nueva gestión organizacional de redes online, más colaborativa y más potenciada, es reconocer que la  transformación digital -tan en boga hoy-  en realidad es una transformación cultural-digital.


Y lo más importante, tener muy presente que la colaboración es el motor del siglo XXI. 

sábado, 6 de marzo de 2021

Links y Refs Comunidad 2030


  1. Agenda Global 2030        - ONU                                 (+)
  2. Desarrollo Sostenible      - CEPAL                               (+)
  3. Protagonistas2030           - Diario El Mercurio             (+)
  4. Líderes2030                      - Diario El Mostrador           (+)
  5. Agenda 2030                     - Diario El Pulso                   (+)
  6. Asocia2030                        - Asociación ONGs              (+)
  7. Ingeniería2030                 - Proyectos CORFO              (+)
  8. Estrategia2030                 - Diario Estrategia                 (+)
  9. Estrategia Chile2030       - Universidad Andrés Bello  (+)
  10. Círculos TICs                   -Agenda Cultural-Digital      (+)   
  11. Transformación Digital   - ACTI                                   (+)
  12. Participación Ciudadana -PNUD  Chile                       (+)

viernes, 13 de noviembre de 2020

[Energía eléctrica] Gigante china SGID acuerda la compra del 96% de chilena CGE por US$3.000 millones

Fuente: Emol.com -https://www.emol.com/noticias/Economia/2020/11/13/1003677/china-compra-chilena-cge-espanola.html

La empresa española Naturgy acordó la venta de su participación del 96,04% de la chilena Compañía General de Electricidad (CGE), a la sociedad china State Grid International Development Limited (SGID) por un precio total de US$3.039 millones.

 La venta, según informó este viernes la energética a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y CGE a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) supone un valor de mercado del conjunto de los activos de la empresa (Enterprise Value) por el 100% de CGE de US$5.098 millones.

La operación está sujeta a una serie de condiciones, como la venta a Naturgy Inversiones Internacionales (NII) o a una sociedad relacionada de la partición accionaria que CGE posee en su filial CGE Argentina, y las autorizaciones de la operación por parte de las autoridades competentes de China y las de libre competencia en Chile.

Además, la española comunicó que espera completar la transacción, tras las aprobaciones reglamentarias, antes de finales de febrero de 2021. La venta también incluye la participación accionaria de NII Agencia, en la sociedad CGE Servicios SA, que provee, entre otros, servicios de apoyo corporativo, administrativo y de gestión de procesos internos a CGE y otras entidades relacionadas. 

Cabe destacar que este año, SGID también completó la compra del 100% de la chilena Chilquinta -antes de propiedad de Sempra Energy- tras pagar US$2.230 millones, por lo que con esta operación, aumenta su participación en el negocio de distribución en Chile.

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domingo, 30 de agosto de 2020

¿Y si trabajáramos 4 horas diarias?

Antes de empezar a leer esta columna, por favor tener presente que es una propuesta que considera condiciones habilitantes básicas, lo que implica que no es apropiada para generalizaciones de ningún tipo ***

 


Ya se ha dicho, la pandemia Covid-19 produjo cambios radicales y disruptivos de entornos personales, familiares, sociales, educacionales, laborales, comerciales, económicos, turísticos, políticos, de entretención, locales, nacionales y globales.

Bien, entonces, en este nuevo escenario es posible enfrentar y asumir cambios de costumbres y hábitos que están  muy arraigados debido a la inercia social de muchas generaciones durante más de 200 años.

Es conveniente recordar que en el siglo XIX se trabajaba, al menos 10 horas y media diarias. Fue el británico Robert Owen  -padre del movimiento social cooperativo- quien acuñó  en 1817 el lema de «ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo, ocho horas de descanso».
Bueno, entre el 1817 y el 2020 han ocurrido suficientes hechos y avances para fundamentar que es hora de analizar y evaluar cambios radicales y disruptivos. Sin temor, gradualmente, con las debidas precauciones , con límites y con evidencias demostrables.

¿Por qué podríamos trabajar 4 horas diarias?

Porque la actual revolución 4.0  -que es la suma de la inteligencia artificial de los robots, con la inteligencia colectiva de los seres humanos, en todos los ámbitos de actividad de la sociedad- tiene como resultado una inteligencia aumentada o potenciada, que multiplica las capacidades de aprendizaje, de coordinación, de colaboración y de producción. 

Hay una nueva educación, una nueva economía, una nueva democracia. Todo digitalizado, colaborativo, conectado en una red global.
La nueva educación, especialmente la llamada "superior" no necesita grandes edificios, ni campus bonitos pero lejanos. Ya no es necesario cruzar una ciudad entera para ir a escuchar una charla en un auditorium con capacidad restringida, cuando tenemos Zoom que "nos trae" la charla hasta el hogar para ver todo -incluyendo las inevitables láminas Power Point- en primera fila y además con posibilidad de hacer preguntas que, en modo presencial a veces no nos atrevemos a hacer a los expositores.

La nueva modalidad de tele-trabajo, pulverizó las malas costumbres de reuniones de trabajo tradicionales en las organizaciones y empresas. Ya no es necesario perder tiempo tratando de conectar los notebooks a una pantalla, con ese cable HDMI que nunca está disponible, o esperando a las personas que pensaban que la reunión era en otra sala de otro piso.
Y por supuesto, ya no se pierden los primeros 10 minutos ofreciendo café y esperando que alguien consiga más sillas porque la sala era para seis personas y llegaron nueve invitados.

La mayoría de las reuniones online en que he participado en los últimos cinco meses duran la mitad del tiempo que duraban las viejas reuniones presenciales.
Evidencias sobran.  En lo personal he tenido la oportunidad, cada lunes en la tarde, de participar en una reunión de coordinación semanal de un proyecto realizado entre dos importantes empresas del rubro de comunicaciones en Chile, que duran entre 3 y 5 minutos, literalmente. Si te atrasas cinco minutos -como sería normal en el viejo mundo analógico-,  ya no queda nadie en el Zoom.

El cambio tecnológico informático-digital está en plena transición desde las herramientas de la época de la computación personal, a mediados de la década del 80, a la nueva computación colaborativa de hoy.
Es pasar del e-mail pasivo y acumulativo, a las plataformas de mensajes y conversaciones activas en red, como lo permite la aplicación Slack.
Es pasar de las agendas de trabajo  individual, a los tableros de coordinación y colaboración en red, como lo permite también la herramienta Trello.
Es pasar de los documentos archivados en los computadores personales, a las carpetas compartidas para acceso y actualización en red, como Google Drive u otras muchas similares.

Todo lo anterior aumenta la productividad, personal y en equipo.
Con los protocolos, hábitos y herramientas 4.0 se pueden lograr los mismos resultados, trabajando cuatros horas diarias, en vez de seguir con los procedimientos tradicionales en jornadas de ocho horas diarias.
Y todo esto sin considerar lo obvio, que son las largas horas que se desperdician en movilización para ir y volver a un lugar que hemos llamados oficinas, donde se supone que uno tiene que desplazarse para poder trabajar y producir.
 
¿Y qué hacemos con las otras 4 horas diarias que quedan disponibles?
Muy simple.

Primero, dedicar una hora diaria al desarrollo del talento personal creativo y productivo; eso que hasta ahora hemos llamado " capacitación". Hoy la palabra más adecuada es aprendizaje colaborativo y online permanente.  Es la práctica cotidiana de aprender directamente de plataformas online de los mejores centros de educación del mundo -muchos gratuitos- con otras personas, de distintos países del mundo,  que están aprendiendo sobre lo mismo, agregando otras visiones y formaciones que enriquecen la experiencia educativa.

Segundo, una hora adicional para dedicar más tiempo a la familia, hoy muy limitado y afectado por padres que pasan horas en "movilización laboral".

Tercero, dejar tiempo para actividades que se relacionan con la colaboración comunitaria para reforzar lazos de mejor convivencia en el barrio, la comuna, la ciudad.

Cuarto, sumado a las tres horas adicionales disponibles en una jornada diaria, un tiempo de participación en lo relacionado con la polis, el ejercicio de la ciudadanía en actividades relacionadas con una nueva democracia más directa y participativa, no solo representativa, como la conocemos actualmente.

Como conclusión, deberíamos atrevernos a innovar y poner en práctica posibilidades de cambio, con convicción y perseverancia, más que con anuncios o promesas.
Hoy en el mundo de las tecnologías digitales, disruptivas y exponenciales es posible dar este salto sin poner en riesgo los estados actuales de organización y gestión.

Es muy interesante leer a una nueva generación de urbanistas que proponen un diseño de organización y desplazamientos de lugares de trabajo intermedio -que no son los hogares ni oficinas- denominados "Hubs de Trabajo Colaborativo", similares a los espacios de co-working, que tienen toda la infraestructura física y tecnológica para un tele-trabajo eficiente.
Una condición relevante es que esos lugares no queden a más de  15 minutos del lugar de residencia de cada persona. Se evita así efectos como la congestión y contaminación, por que se puede llegar en bicicleta o medios de transporte similares.

En un mundo que se prepara para la instalación y adopción de la nueva tecnología de conectividad 5G, que es 10 veces más rápida que la conectividad actual en Internet, veremos muy pronto cambios que hoy nos parecen osados y hasta ingenuos.
Ya veremos...

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*** Las condiciones habilitantes para este cambio cultural son:
a) Personales, en cuanto a capacidad para autogestión del  tiempo
b) Familiares, en cuanto a condiciones de espacio físico y de tranquilidad para tele-trabajar en el hogar
c) Tecnológicas, en cuanto a equipamiento computacional y conectividad a Internet

jueves, 27 de agosto de 2020

¿Por qué Chile puede y debe transformarse en la capital de Inteligencia Artificial (IA) de Hispanoamérica?

Mario Boada
@mboada 

Nota.- Esta Columna se comparte como un segmento del trabajo colaborativo de un grupo de ciudadanos que decidió aportar ideas/propuestas/acciones para el desarrollo de la Política Nacional de Inteligencia Artificial (IA) en Chile. Lo que escribo a continuación es una mezcla de inspiraciones y aspiraciones personales, sumadas a titulares periodísticos ya publicados en la plataforma www.ia13.cl [inteligencia artificial al alcance de tod@s].
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Algunas respuestas -al título de la columna- en proceso de maduración… 

Porque tenemos la capacidad de talentos académicos y profesionales, más la oportunidad generada por la pandemia Covid-19, que pulverizó las seudo barreras y complejos atávicos entre países supuestamente "desarrollados" y naciones "subdesarrolladas". 

Porque en materia de inteligencia artificial, de inteligencia colectiva y de inteligencia emocional, Chile tiene -en su carta de presentación- nombres de estatura global que son credenciales suficientes para respaldar y validar la aparente osadía resumida en el título de esta columna. 

Hagamos un rápido recuerdo de chilen@s cuyos nombres son sinónimo de excelencia, o al menos, de obras distinguidas y premiadas. Protagonistas internacionales en las tecnologías de datos e inteligencia artificial, como César Hidalgo y Ricardo Baeza; activistas de la revolución educacional, como Claudio Naranjo; tótems de la poética, como Gabriela Mistral y Pablo Neruda; inspiradores y provocadores, como Humberto Maturana y Fernando Flores; artistas y pensadores culturales, como Violeta Parra y Gastón Soublette; mujeres que agitan la conciencia y el alma, como Patricia May; y muchos, muchos más. 

Si queremos ser la capital de IA de Hispanoamérica, tenemos algunas tareas. Si queremos creer que podemos hacerlo, tenemos que transformarnos, primero, a nivel personal, para luego opinar con propiedad y pedir cambios a otros. Si queremos hacer una re-evolución en el país, instalando una política nacional de inteligencia artificial, tenemos que abrir espacios en los dominios propios de los habitantes, de los ciudadanos, de los usuarios, de los consumidores, de los clientes. De la gente. 

Con el permiso, y tal vez el perdón, de los expertos, de los legisladores, de las autoridades, tenemos que decir que no tenemos tiempo ni necesidad de esperar grandes discusiones, ni tramitaciones en Comisiones. Si queremos -de verdad- salir de las trampas retóricas y de las eternas agendas con planes oficiales, tenemos que manifestar un declarado interés en transformaciones con evidencias observables y demostrables. Tal como ocurre cada día con la vorágine tecnológica que nos impone -sin mucha opción de negarse- crecientes ondas disruptivas con impacto y efectos exponenciales. 

En lenguaje tecnológico, el problema no es digital. No es de hardware ni de software. Es de "humanware".

Nos estamos saturando de webinars y de papers de disímil valor académico que no nos ayudan a entender lo que está pasando en este cambio de época, que se está pareciendo mucho a un renacimiento, pero con un estilo cyber. 

Vivimos una contradicción histórica, con una parte del cerebro todavía anclada en el siglo XX y la otra tratando de ajustarse al ecosistema digital del siglo XXI. Las crónicas de los últimos veinte años las empiezan a escribir robots, aprendiendo en forma automática y profunda, cada día más rápido y con mejores resultados. Lo anterior contrasta con un modelo ya decadente de "educación-hipódromo", donde cada área del "conocimiento superior" avanza por su propia pista, casi sin tocarse en sus rígidas y competitivas fronteras, ojalá operando en edificios muy separados. La educación que necesitamos es -todavía- un proyecto en curso.

En cuanto al entorno de normas y procedimientos, por ahora, nos seguimos atorando con leyes lentas, atrasadas e incompletas cuando los cuatro players tecnológicos dominantes de la industria y del mercado global online, de las apps, de las bases de datos y de las transacciones sin fronteras, imponen la ruta, el ritmo y los hábitos de miles de millones de seguidores, mal guiados por influencers que tienen influencia fugaz y de dudosa solidez.

Volvamos a la propuesta inicial. 
¿Cómo transformamos una aspiración en un logro? 

Podemos mirar lo que están haciendo otros ciudadanos, en otros países. Singapur, Finlandia, Nueva Zelanda.
También podemos buscar una fórmula chilena, basada en las experiencias activistas tan fundacionales como revolucionarias que todos estudiamos en el colegio para conocer a los patriotas que lucharon por el anhelo de una Patria libre.

Hoy podemos activar células o nodos de [aprendizaje-socialización-divulgación] usando las redes de interacción online , ampliamente disponibles para abarcar todos los territorios. Mientras se preparan, evalúan y construyen los capítulos de una Política Nacional de IA, bien podemos avanzar paso-a-paso, con los primeros 345 referentes ciudadanos distribuidos y dispuestos en cada una de las 345 comunas de Chile. Ya sabemos que, en general, los Alcaldes y sus equipos de terreno tienen una capacidad de respuesta más ágil, más focalizada y más efectiva, que las altas esferas del poder centralizado. 

¿Qué hacemos entonces, a partir de mañana?
Nos constituimos, nos comprometemos y actuamos. 
Diseñamos una estrategia y una táctica para ampliar y amplificar anillos ciudadanos de acciones cotidianas. Para que la inteligencia artificial, como disciplina y como política de Estado, deje de ser un tema de interés y preocupación elitista, deberíamos atarla a una crisis y a un desafío nacional. 

¿Cómo lo hacemos?
Podemos definir una primera bandera, o si prefieren, una invitación ciudadana que se pueda transformar rápido en un llamado a la acción, con un foco específico, concreto, claro. 
Luego agregamos al concepto complejo de Inteligencia Artificial, un atributo, una etiqueta semántica.... asociada a un elemento simple, fundamental, básico y necesario: #AguaParaTod@s 

¿Cómo así?
Hay una oportunidad para una vinculación relevante de la IA con la escasez hídrica que se vive en más de 100 comunas rurales; con la emergencia agrícola en las regiones Metropolitana, O'Higgins y Maule; además, con las zonas de catástrofe ya declaradas en dos regiones, Coquimbo y Valparaíso. Así puede nacer una sinergia colaborativa y comprometedora. Inteligencia artificial aplicada, con el fin de asegurar #AguaParaTod@s Algo que -en palabras del Gobierno de Chile- es una gran tarea y una gran meta. 

Se puede. Se necesita. Sería un legado para las nuevas generaciones.-
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